LA FUERZA DE UN CLAN.
Dentro del universo cinematográfico argentino hay una enorme variedad de directores con propuestas diversas, con orígenes diferentes que se plasman en el estilo de lenguaje fílmico utilizado y las temáticas abordadas.
Ese universo, quizás por caprichos propios de un fomento disímil del hacer cinematográfico en nuestro país, no sigue el simple silogismo de equipar calidad con cantidad de producciones.
Así, a poco de plantear un análisis integral, encontramos que el director con mayor cantidad de filmes en su haber rara vez consiguió un producto mïnimamente aceptable; como así tampoco definir un estilo propio.
En contraposición con lo anterior existe un nutrido grupo de directores que sus óperas primas se constituyeron en óperas únicas de manera casi inexplicable y que ese hecho no guarda relación alguna con su capacidad artística.
Dentro de ese grupo no puede obviarse a David Stivel.
Reconocido como un director de vanguardia en televisión, por marcar quiebres profundos llega al cine en 1970; de manera paralela con uno de los ciclos más extraordinarios de la pantalla chica y como consecuencia, casi lógica, del mismo.
Nacido en Buenos Aires en 1930, inicia su carrera como director teatral y llega a la televisión en 1959 dirigiendo "Historia de jóvenes".
Desde 1969 y hasta 1971 llegará el momento de dirigir por el viejo canal 11 el ciclo "Cosa Juzgada" que se constituyó en una propuesta rupturista y que, sin dudas, está dentro de lo mejor de la televisión de todos los tiempos.
Este ciclo de unitarios estuvo basado en una fórmula casi perfecta que reunía: intérpretes jerarquizados (el grupo Gente de teatro), un líder aglutinante (el propio Stivel), inquietudes políticas colectivas, un autor de peso como Juan Carlos Gené en colaboración con Marta Mercader y Carlos Somigliana, una temática novedosa sobre casos de la justicia argentina y, fundamentalmente, un nuevo lenguaje televisivo; ya que abre una posibilidad nueva ante un estilo instalado de expresión.
Tan fundamental resultó este producto que el modelo fue retomado con posterioridad en otros ciclos como: "Situación límite", "Nosotros y los miedos", "Compromiso", "Atreverse".
El formato televisivo logró un éxito fuera de lo común que tuvo su base en dos pilares: el cuidado formal y estético (que incluía extensas horas de ensayo) y una audiencia ávida de nuevas propuestas en torno a un clima social post cordobazo.
Sin dudas el grupo "Gente de teatro" sabe capitalizar esa necesidad de los televidentes y produce un quiebre en la forma de concebir un producto televisivo al instalar un estilo de producción colectiva donde los actores son los responsables del producto total.
En 1970 el grupo conformado por: Norma Aleandro, Bárbara Mujica, Marilina Ross, Emilio Alfaro, Carlos Carella y Federico Luppi llega al cine con "Los herederos", sobre libro de Norma Aleandro y con la dirección, obviamente, de David Stivel.
La trama argumental plasma los conflictos que se manifiestan en la convivencia obligada de los herederos de una vieja casona perteneciente a una clase alta en franca promoción social descendente que serán mantenidos por un hombre de clase media con una marcada limitación de capital cultural pero con dinero.
Resulta interesante detenerse en las contradicciones que plantea este personaje, encarnado por Federico Luppi, ya que no pertenece al núcleo familiar originario (es el amante del personaje de Norma Aleandro) y alterna entre la dualidad de la queja por tener que mantenerlos y todas las maniobras posibles por retrasar los trámites sucesorios que permitirían disponer del bien inmueble.
En la trama se ve el interjuego entre clases sociales con sus cosmovisiones y habitus característicos.
Esa diferencia de clases se encuentra marcada , fundamentalmente, desde una posesión de capital cultural.Donde los personajes de Federico Luppi y Carlos Carella ocupan el lugar más elemental en la escala social; mientras que los otros protagonistas son poseedores de un capital cultural que les permite ocupar un lugar más destacado en la distribución de recompensas socio culturales.
En ese interjuego los personajes de clase más baja serán absolutamente funcionales al grupo culturalmente más favorecido. Quizás esa funcionalidad donde mejor se puede percibir es en el personaje de Carlos Carella que será despreciado durante todo el filme pero utilizado, en el final de la historia, para quitar de escena al opresor de la historia.
Entre otros varios aciertos Stivel logra otorgar a cada uno de los actores de lo que la prensa bautizó como "Clan Stivel" una escena de lucimiento propio y absoluto.
Dentro de esas escenas merecen una atención especial la protagonizada por Bárbara Mujica, en la que pierde el embarazo que está cursando, por ser una escena con una carga dramática al límite que solo pude ser jugada, sin caer en lo sobre actuado, por una actriz de su talento.
Y la escena clave para el personaje de Marilina Ross en la que desde una sutil seducción, basada en una aparente desprotección, introduce en el macabro plan familiar al personaje de Carella. Desprotección, que sin embargo esconde una fortaleza impensada para una adolescente.
Este único registro fílmico de David Stivel nos muestra una interesante forma de dar tratamiento a la realidad, basada en un novedoso tratamiento de la imagen donde se destacan los travelling de novedoso planteo, los simbolismos que atraviesan toda la película y que permiten recrear una atmósfera sutilmente asfixiante.
La propuesta cinematográfica, al igual que la producción televisiva y de teatro del grupo, dividió a la crítica especializada entre quienes la consideraron una verdadera obra de arte y quienes esgrimieron fuertes deficiencias argumentales.
Ninguno de los dos posicionamientos es totalmente acertado ya que "Los Herederos" por momentos es una historia previsible con actuaciones impecables y con una mirada del director no convencional para la época.
La película fue candidata al Oso de Plata en el Festival de Berlín y dio, a nivel local, el premio a mejor actriz para Marilina Ross por parte de los cronistas cinematográficos.
Hoy "Los Herederos" es una película de inusitada calidad, que retrata metafóricamente el clima social de los turbulentos años 70 y que, con el devenir de la historia, cuenta con un plus de valor al ser el único registro que quedó del trabajo del grupo "Gente de teatro" ya que los noventa y seis capítulos de "Cosa Juzgada" fueron quemados durante la intervención militar de Canal 11 durante el Proceso de Reorganización Nacional.
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