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TRES VECES ANA- DAVID JOSÉ KOHON- (1961)

 ¿VERDADES DISTINTAS ... O UNA MENTIRA? 

Continuando con los directores que producen un quiebre cuasi revolucionario, en término de tratamiento fílmico y provocaciones argumentales, durante los años 60; no puede estar ausente dedicar algún espacio a otro director no valorado en toda su magnitud por la crítica. Me refiero a David José Kohon. 
Definitivamente exponente del mejor cine de los años 60, se caracterizará por sus provocaciones argumentales y retratar el sin sentido de la vida urbana para muchas juventudes de los sesenta. Tal como lo hace Kuhn resulta interesante analizar a estos directores en clave de la  incipiente conceptualización que hacen de la existencia de diversas juventudes, y como esa existencia está relacionada con las posibilidades de moratoria social que otorga cada clase social. El cine de Kohn es, sin lugar a dudas, un cine de clase media. 
En este articulo me dedicaré al análisis de "Tres veces Ana" de 1961.


Protagonizada por actores emblemáticos del nuevo cine argentino como: María Vaner, Luis Medina Castro, Alberto Argibay y Walter Vidarte, el filme es un verdadero tríptico sobre la mujer soñada por tres porteños arquetípicos.
Estructurada en tres episodios  independientes: "La Tierra", "El Aire" y "Las Nubes" que plantearán la relación que cada uno de estos hombres establece con su propia Ana, que sugestivamente siempre será la misma actriz, y como el modo en que cada uno de ellos resuelve su propia insatisfacción.
El abordaje que Kohon se propone de la historia, ya está planteado en la frase que figura en el afiche original de promoción: "Tres verdades diferentes ... ¿o una sola mentira?"


En el primer episodio, "La Tierra", donde el rol protagónico lo tiene Luis Medina Castro la historia se desarrolla entre jóvenes de un suburbio. 
La Ana de esta historia es una joven de apariencia extremadamente recatada a la que un grupo de muchachos  ven pasar a diario. Uno de ellos demuestra interés por conocer que sucede con esa mujer, que se presenta como impenetrable a las emociones, y juega una apuesta con los demás.
Ambos coinciden en sus viajes en tren para sus respectivos trabajos lo que le permite al muchacho entrar en relación con Ana. Después de varios viajes traban una relación amorosa.
Resutta por demás interesante observar que en este episodio la ciudad será el escenario del pausado transitar de la pareja.
Como era esperable la relación desencadena en un embarazo no deseado que se instalará entre ellos como un conflicto mudo. 
Un conflicto ya que los intereses de ambos personajes son contrapuestos, mientras Ana está formateada para cumplir con los guiones tradicionales y esperables; su pareja no quiere abandonar su soltería y asumir responsabilidades que siente que lo exceden.
En el relato se infiere un aborto clandestino y, luego de ello, una Ana que finaliza la relación amorosa.


En el segundo episodio, "El Aire", donde el protagonista masculino lo encarna Alberto Argibay, encontramos a una Ana en las antípodas de la primera. Una joven desprejuiciada, extravertida, sin tapujos. 
Estos personajes se conocen de manera accidental en una casilla, por demás borderline, ubicada en una playa. 
Toda la escena sugiere que allí se llevan a cabo verdaderas orgías encubiertas donde el sexo libre, el alcohol y la homosexualidad son parte del devenir de quienes se refugian en ella.
Es quizás el episodio más logrado de los tres que componen el filme porque está inmerso en un clima de verdadera crisis existencialista. A tal punto que uno de los personajes secundarios tiene un intento fallido de suicidio.
En esa casilla se dará el encuentro con Raúl; un muchacho que no parece encajar en ese mundo al límite de todo sino que pertenece, mucho más, al mundo que la sociedad consideraría "normal" ya que es estudiante universitario y trabaja. Esa falta de pertenencia a ese mundo subalterno es lo que seduce a Ana y lo que la lleva a proponer  un encuentro sexual en la playa.
Sin dudas en este episodio Kohon se propone, y lo logra, mostrar como un sin sentido juvenil se puede develar en categoría de vicio.
La pregunta que el director parece querer responder es si esa juventud es verdaderamente libre. A lo que ensayará una única respuesta en sentido negativo ya que no lo pueden ser porque son esclavos de su propia insatisfacción.


La tercera pata del tríptico. "La Nube", nos presenta a Daniel, Walter Vidarte, un dibujante solitario.
La soledad de Daniel, en clave de angustia existencial, es la que llevará a establecer la relación con esta tercera Ana.
Daniel tiene una existencia rutinaria y desde la ventana de la oficina donde trabaja observa que en el edificio de enfrente hay una ventana extraordinariamente alta donde descubre la silueta de "su Ana" quien  poco a poco será idealizada, perfecta y a la que Daniel llegará a amar aún sin conocer.
En su imaginación Ana a llegado a completarlo y así recorren la ciudad juntos  y el puede encontrar un motivo para ahuyentar la soledad.
Una tarde, a su paso, cae una maceta de la ventana alta, Daniel siente que ha llegado el momento de conocer a su amada. Decidido golpea la puerta del departamento del último piso y le abre una modista de mediana edad quien le agradece el gesto. Al levantar  la mirada Daniel comprueba que la silueta de su Ana en realidad es la del maniquí que utiliza la modista.
El planteo del filme de Kohon resulta no sólo interesante sino transgresor, la elección de los títulos para cada episodio guardan la relación de las partes que conforman un todo; ya que las relaciones amorosas que  plantean se convierten en más irreales a medida que se asciende en la escala propuesta. 
La relación más verdadera y palpable se produce en "La Tierra" hasta que en el último episodio "La Nube" la relación solo existe en la mente de Daniel como causa de su profunda soledad.
Lo mismo sucederá con Ana  que será más falsa en cada episodio.
En algún momento mencioné que el relato más logrado es el segundo y creo que se debe a que la Ana que allí vemos retrata a toda una generación. Esto se puede observa en una frase que ella expresa: "Tengo ganas y no se de que". Esa frase pone de manifiesto toda la insatisfacción de la juventud formada en los valores burgueses que se debate entre el consumismo y un vacio existencial.
Kohon aporta las diversas visiones sobre un amor juvenil. real, pasajero e ilusorio. Estados sentimentales que no pierden vigencia y que todos hemos atravesado alguna vez.


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