CLASIFICACIONES CASI EXCLUYENTES.
En la década del 40
los directores cinematográficos comienzan a ganar preponderancia en el favor
del público, así nombres como Mario Soffici, Leopoldo Torres Rios, Manuel
Romero, Carlos Hugo Christensen, Lucas Demare o Daniel Tinayre comienzan a instalar el sello propio en sus creaciones.
De todos modos a la hora de instalar un envío resulta relevante las figuras que
protagonizan esos filmes
En la primera mitad de la década aumentarán su prestigio
figuras que ya se habían destacado en la década anterior como: Luis Sandrini,
Pepe Arias, Olinda Bozán, Niní Marshall, Tita Merello o Libertad Lamarque.
Resulta significativo que estas dos últimas sean las únicas figuras femeninas
que logran trascender la etapa de cancionistas que hacen películas y se
reinventen como actrices, aunque con distinto rango a la hora de clasificar los
envíos que protagonizaban. El resto de los cantores y cancionistas cuya
presencia abunda en la filmografía de los años 30 comienzan una silenciosa
retirada de los elencos estables de los films argentinos.
Este retiro, posiblemente tiene su origen en las nuevas
temáticas argumentales que dan mayor peso a la visibilización de situaciones
socio políticas comprometidas para las que se necesitaba de una capacidad
interpretativa más abarcativa y compleja que la que solían tener las
cancionistas y los cantores.
Como ya expresamos 1946 marca un cambio profundo tanto en lo
sociopolítico como en lo cultural y el cine, a fin de seducir al público de
clase baja sin perder el favor de la clase media y alta se sumerge de lleno en una nueva lógica de mercado . Esa lógica establece dos categorías fílmicas muy marcadas: el cine con contenido social y
un cine de comedias blancas o livianas que emulan, en cierto modo, la
producción de Hollywood.
Justamente esta decisión claramente mercantilista da origen
a dos polos que poco y nada tendrán de contacto en el universo cinematográfico
del momento y en cada uno de ellos se enrolarán directores y actores y actrices
diversos, siendo muy difícil que artistas pertenecientes a un polo tengan
presencia en el otro.
FRANCISCO MUGICA. |
En lo referente a los actores, encontramos la formación de
dos grupos que parecen transitar realidades diferentes, los actores y los galanes.
El grupo considerado de actores ubicamos a Santiago Gómez
Cou, Guillermo Battaglia, Luis Sandrini , Francisco Petrone, Angel Magaña y Roberto Escalada, entre otros , quienes se destacan por su
capacidad interpretativa aunque hay, por parte de las productoras, una
tendencia a ubicarlos en un mismo estereotipo social.
GUILLERMO BATTAGLIA. |
En el grupo antagónico encontramos figuras que se
caracterizan por un manejo de la seducción y fisonomías que se acercan más al
ideal clásico del carilindo aunque sus dotes actorales no sean tan notorias
como en los nombrados en el párrafo anterior. Ejemplos de este grupo son: Juan
Carlos Thorry, Jorge Rivier, George Rigaud o Carlos Thompson.
CARLOS THOMPSON. |
La excepción que confirmaría esta regla de oro está dada en
las figuras de Roberto Escalada y Angel
Magaña quienes asumirán papeles de galán pero en películas con un
compromiso social y actoral importante, tales como” Safo , historia de una
pasión”, que puede considerarse uno de los primeros filmes argentinos con carga
erótica implícita,o “El muerto faltó a la cita”, un antecedente de los
thrilers de décadas posteriores
ROBERTO ESCALADA. |
La misma lógica, aunque con ribetes más marcados, va a estar
presente en el género femenino: por un lado las actrices y por otro las divas.
El ejercito de las actrices estaba conformado por
interpretes de una versatilidad importante que les permitían ponerse en la piel
de personajes diversos pero que tenían el común denominador de la mujer
comprometida con su condición genérica. Personajes que nadie podría calificar
de livianos o inocuos.
Dentro de esta colección de actrices encontramos a: Olga
Zubarry, Luisa Vehil , Elsa O’ Connor, Mecha Ortiz y Fanny Navarro, todas ellas
con una formación actoral interesante ya fuera por estudios previos o por
aprendizajes asistemáticos conseguidos en el desarrollo de la profesión.
ELSA O’ CONNOR |
Como contra partida, en la vereda opuesta, encontramos lo
que se ha dado en llamar las divas de los teléfonos blancos. Cabe aclarar que
por esos años el teléfono era un elemento de lujo y los escasos de color blanco
eran símbolo indiscutido de la oligarquía.
Protagonistas indiscutidas de las
comedias blancas del momento, tendrán un común denominador que será su marcada
belleza, elegancia y la suntuosidad de decorados que se montaban en los
estudios cinematográficos. Los argumentos que representaban eran tan endebles
que es muy difícil relacionar término a término sus nombres con los de
películas que protagonizaron.
Este grupo estaba integrado por Zully Moreno, Mirtha y
Silvia Legrand, María Duval, Tilda Thamar entre otras. Quizás un solo ejemplo
pueda desdecir lo expresado sobre la dificultad para relacionar sus nombres con
películas emblemáticas; es el caso de “ Dios se lo pague” con Zully Moreno ( la
gran diva de la época), pero en rigor de verdad lo que destaca actoralmente a
esta película no es el personaje femenino sino el personaje de Arturo de
Córdoba por lo que puede decirse que en esta película Zully Moreno actúa como
una correcta partenaire de un gran actor.
Así como en el caso de los actores mencioné la excepción que
constituyen Roberto Escalada y Angel Magaña. En el caso de las actrices merecen
un párrafo especial Mecha Ortiz y Fanny Navarro quienes también fueron
consideradas divas aunque nunca recibieron el complemento de los teléfonos
blancos a la hora de asignárseles dicho
status.
Sin dudas ambas poseían, en forma complementaria, los atributos de
calidad interpretativa y marcada belleza, y por ello, si bien no protagonizan
ninguna comedia blanca puede ubicárselas en una intersección entre ambos
grupos.
Ambas serían divas que encararon la construcción de personajes donde lo
social impacta en el argumento de manera directa y determinante. Este registro
de marca se mantiene a lo largo de la carrera de ambas aunque el fin de sus
carreras fue diametralmente opuesto ya que la carrera de Fanny Navarro sucumbe
en la década siguiente como consecuencia de una prohibición para trabajar que
la denominada Revolución Libertadora colocó sobre ella por su cercanía con la
figura de Eva Perón y su relación sentimental con Juan Duarte.
FANNY NAVARRO. |
Como vemos a lo largo del tiempo algunas cuestiones parecen
invariables. Y esa invariablidad nos permite diseñar algunas preguntas: ¿el
encasillamiento de actores en determinados tipos de personajes obedece a una
incapacidad actoral o una lógica mercantilista donde no se varían las formulas
probadas que han funcionado? ¿ qué peso tiene la formación y el talento
profesional a la hora de ocupar un lugar en el escenario cultural? ¿ qué se
pretende reafirmar con el uso de estereotipos? ¿ es cuestionable que un artista
haga público su posicionamiento ideológico?.
Seguramente otros interrogantes se desprenderán en cada uno
de ustedes a partir de estos disparadores
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