INFANCIAS ROBADAS.
Con el paso del tiempo la figura de Leonardo Favio adquiere el status de uno de los mejores, sino no el mejor, directores de la historia cinematográfica de nuestro país.
Nacido en Mendoza en 1938, con una infancia extremadamente difícil, llega a Bs. As a los 20 años y comienza una carrera como actor bajo el padrinazgo de Leopoldo Torre Nilsson, quien será fundamental en su desarrollo como cineasta,
En su faceta de actor trabaja bajo las órdenes de cineastas fundamentales como: Torre Nilsson, Fernando Ayala, José Martínez Suarez, Daniel Tinayre y cosecha buenas críticas y diversos premios por sus labores.
En 1960 se inicia en la dirección con el cortometraje "El Amigo" y cuatro años después se manifiesta con, la que para muchos es el mejor filme de la historia de nuestro cine, "Crónica de un niño solo". Completando en los años siguientes un tridente fundacional y de inusitada calidad con: "El Romance del Aniceto y la Francisca" (1966) y "El Dependiente"(1969).
Indudablemente en este espacio, que pretende ser una retrospectiva lo más amplia posible de nuestro cine, un director del nivel de Leonardo Favio no podía estar ausente.
Como cineasta indudablemente es ampliamente intuitivo y experimental en todas sus propuestas, que en ocasiones tienen toques surrealistas.
Su temática general tendrá una marcada tendencia a testimoniar la existencia de los más humildes y su logro mayor es la capacidad que tiene para lograr una convicción en las actuaciones.
Cine con fotografía de antología que puede expresar desde solamente una mirada toda la fuerza y el desamparo de personajes siempre acechados por la angustia, la tristeza, el rechazo o la desgracia. hay un predominio de la imagen por sobre la palabra. Un exceso de silencios y sensaciones que cuentan con un halo de espiritualidad y simbolismo.
Sus historias son marcadamente pesimistas ya que son personajes inundados por una tristeza. Seres que despiertan a la vida a través de amores imposibles o sueños inalcanzables que terminan devastados por la realidad.
En este artículo haré foco en su opera prima: "Crónica de un niño sólo" sobre libro propio escrito en colaboración con su hermano, Zuhair Jury. Argumento absolutamente autorreferencial que recoge su niñez signada por el temprano abandono de su padre, la miseria y el paso por reformatorios por la comisión de hurtos menores.
Filmada en blanco y negro, protagonizada por Diego Puente (Polín) y el propio Favio (Fabian) está dedicada, en su inicio a Torre Nilsson a quien reconoce como su mentor cinematográfico.
Crónica de un niño solo, en esencia, muestra el tránsito de "Polín" entre el asentamiento y el reformatorio y toda la negación de derechos que sufren las infancias más vulnerables.
La historia cuenta con tres partes diferenciadas que , sin embargo, desde lo técnico tienen un común denominador que es la utilización de planos tomados del realismo francés.
En la primera parte, la vida dentro del reformatorio, que se inicia con una escena del carcelero pasando revista al grupo de niños, seremos espectadores de las experiencias y vejaciones que estos chicos sufren: la limpieza obligatoria de largos pasillos, sesiones de gimnasia cuasi fascista hasta que se produce la rebelión del protagonista que huye del lugar.
En esa escena, que marca el final de la primera parte, se destaca un manejo de la cámara con planos largos y pausados que casi no tienen cortes.
En la segunda parte encontramos a un Polín corriendo a una supuesta libertad. Un regreso a su mundo de origen, es decir, el asentamiento lleno de configuraciones familiares desestructuradas y atravesadas por la pobreza estructural.
En esta parte hay una imagen icónica en la que Polín y un amigo se bañan en el río. Una escena cargada de profundidad en la que se reconocen influencias directas del realismo francés. Los cuerpos de los niños bañándose desnudos. una desnudez que representa el estado de indefensión de las infancias negadas por las condiciones sociales, culturales y económicas. Escena por demás descarnada que finaliza en una violación por parte de un grupo de otros chicos tan marginados como Polín y su amigo.
La tercera parte, en la que el protagonista ya ha experimentado la devastación de su realidad, desde todos los flancos posibles, lo muestra volviendo al único lugar que conoce, la villa miseria. En esta vuelta obligada se produce el encuentro con Fabián, conductor de un carro. Un jóven solitario y triste con el que traba una profunda relación. Esta relación está cargada de simbolismo; un encuentro del adulto con el niño que fue y del niño con el adulto que será. Casi como un juego de espejos.
El ingreso de Fabián en la cotidianeidad de Polín tiene la fuerza de rito iniciático, de pasaje definitivo del niño al adulto. Sabrá que los hombres del pueblo suelen ir a visitar a una prostituta. Ante esta revelación, y quizás como fantasía que el pasaje de la niñez a la etapa adulta implicará una superación de la tristeza, Polín busca obtener dinero para perder su virginidad.
Quizás en esta parte del filme se encuentre la escena con mayor carga poética: Polín jugando con el caballo de Fabián, es quizás el único momento que retrata una vida infantil. Quizás por eso la cámara de Favio logra tomar una cara ilusionada del protagonista, gesto que solo dura unos instantes para dar paso a una oscuridad que lo va sacando del primer plano y un retorno a la cara de un Polín que es llevado por un policía, quien lo regresará a ese otro no lugar conocido: el reformatorio; donde volverá a tener como única esperanza la huida del lugar.
Favio nos recuerda que la felicidad y la inocencia son breves en la vida.
Crónica de un niño solo es una película demoledora pero a la vez bella y poética; una profunda poesía sobre la soledad infantil.
Un filme inteligente, en el que el Director plantea varios interrogantes que quedarán abiertos, o que solo se cerrarán por completo con la elaboración que cada espectador pueda realizar: ¿Qué es la infancia? ¿Cómo se construye? ¿Cómo se define la condición de infante?
Nos introduce en el sentimiento de la soledad del ser humano al que le robaron la infancia.
"Crónica de un niño solo" es la crónica de muchos chicos a los que le roban la infancia y como la sociedad y , la historia, pasa con pie de plomo sobre estas injusticias.
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