Sin lugar a dudas, en una retrospectiva del cine argentino del siglo XX no puede estar ausente Leopoldo Torre Nilsson ( Babsy), por ser el director que produce un punto de inflexión en lo referente a temáticas argumentales, iluminación y manejo de cámara con respecto a sus antecesores y, porque de alguna manera, será el pionero de la generación del 60.
Inicia su carrera como asistente de dirección de su padre, Leopoldo Torres Rios, es decir que su formación inicial se dará en el cine industrial argentino.
Su debut como director data de 1949, como coo- director de su padre, en la película "El crimen de Oribe", pero que en rigor de verdad esta película responde a la temática de cine, excelente por cierto, característico de Torres Rios.
Su ópera prima se llevará a cabo cinco años después : ""Días de Odio", sobre un cuento de Jorge Luis Borges y con un interesante protagónico de Elisa Christian Galvé. Desde allí comenzará una carrera en evolución permanente que finalizará recién en 1976, con ,la que para muchos es su película más lograda, " Piedra Libre", protagonizada por Marilina Ross y Luisina Brando.
Si bien Torre Nilsson, se forma en el cine industrial, al ir madurando como director popiciará interesantes quiebres con respecto a ese estilo cinematográfico. Fracturas relacionadas con la iluminación , el uso de la cámara y temáticas argumentales no exploradas anteriormente, sólo cercanas en algunos aspectos, a la etapa más tortuosa de Carlos Hugo Christensen..
Me quiero detener, un momento, en ese uso particular que hace de la cámara. Con su propuesta da invención a una verdadera cámara subjetiva, que puede mostrar más allá de la imagen exterior, como si un extraño pacto le permitiera retratar las almas de sus personajes.Esa cámara expresa sentimientos y pensamientos e irá reemplazando en muchos momentos de sus filmes el diálogo explicito.
Para poder comprender en toda su riqueza, el cine de Torre Nilsson es necesario identificar ejes que actúan como regularidad de toda su filmografía.
1. El inicio de sus películas: se convierte en un clásico al colocar el título sobre imagen fija e iniciar la acción mientras se suceden los créditos del filme. Por ejemplo, en: " La casa del ángel" utilizará un plano contra picado de una persona ingresando a un living.
2. La atmósfera: La tensión es una constante en todos sus envíos , instalando siempre esa idea, en el espectador, que algo puede suceder al personaje, pero no ya como lo plantea el cine clásico ,que recurre a momentos de climax para marcar eso, sino que optará por continuar la acción manteniendo la tensión. Por ejemplo, la escena del robo en " El secuestrador". Para ello recurre a una inteligente apoyatura, en algunos aspectos similar a la que utilizaba Fregonese, de "planos detalle" y banda sonora en un interjuego permanente. Ese tratamiento tiene la clara finalidad de mantener al espectador tenso y expectante, como si fuera parte de la historia que está observando.
3. Los personajes. Todos ellos serán arquetípicos siguiendo un desarrollo a través de complejos mecanismos de: anulación, movimiento de cámara, posiciones, iluminación y actuación.
Quizás el mejor ejemplo de ello lo podemos encontrar en la escena que juegan la criada y Ana en "La casa del ángel" cuando, la primera, explica las consecuencias del pecado mientras la cámara toma a Ana en un plano inclinado y durante esa escucha se produce un travelling que deja a la criada ubicada detrás de una Ana, con sombras en la cara y un fondo tenebroso que da cuenta de la influencia de este personaje sobre la adolescente que se debate entre el deseo y el deber.
Otros elementos comunes en Torre Nilsson serán: el juego de espejos como estrategia de retratar el comportamiento bipolar de sus personajes. Una visión de las infancias como consecuencia directa de adultos ausentes que los habilitan a cometer actos crueles sin el menor remordimiento (ejemplo de ello las muertes en " La caida" y " El secuestrador").
La figura femenina que siempre serán personajes pasivos e influenciables que se perciben como llenos de interrogantes y propietarios de un mundo misterioso. En las actuaciones prevalece la transmisión de expresiones indefinidas donde se mezcla, en un cóctel explosivo, la duda, el misterio y el miedo a lo desconocido.
5.Configuraciones familiares siempre interpeladas por algún desequilibrio como: la disconformidad por no haber tenido hijos varones, rigurosas educaciones religiosas, adultos que no pueden desempeñar su función y dejan a los menores en medio de situaciones anárquicas; quizás donde mejor se observa esto es en "La caida".
6: El hogar Siempre inmerso en una marcada decadencia, que en verdad, muestra una decadencia aún mayor, la de toda una clase social, que irremisiblemente va perdiendo sus estilos de vida y principios morales.
Para mostrar ésta decadencia el director recurre a situar la acción en caserones oscuros o villas miseria, haciendo siempre un interesante ensamble entre ambiente real y ambiente de estudio.
7. Construcción del relato: En ésto tiene un rol preponderante la utilización de la cámara en un estilo indirecto libre, que corre el eje central con el objetivo de generar: puntos de vista inexistentes. Inclinaciones laterales picados y contra picados serán estrategias recurrentes que refuerzan las características psicológicas de los personajes y un clima de agobio.
8: Banda sonora: caracterizada por una marcada atonalidad, es decir ausencia de melodía; que ayuda a mantener el suspenso y la tensión en el espectador.
9: Iluminación: Es marcadamente expresionista con una influencia total de claroscuros y rostros que quedan en sombras. Con este tipo de tratamiento lumínico se refuerzan las personalidades escondidas en los personajes.
Sin dudas Leopoldo Torre Nilsson es un verdadero hacedor porque nace en el cine industria pero se abre paso con una propuesta distinta y diametralmente opuesta a éste, quizás como forma de lograr un nombre propio en la filmografía argentina que le permitiera salir de la encerrona trágica de ser "hijo de".
Como director dotó de un sello particular a grandes actores y actrices como Elsa Daniel, Maria Vaner, Lautaro Murúa y Leonardo Favio, a quienes también influenció de manera directa en su rol de directores. que iniciarían en la década del 60








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