UN ROMPECABEZAS EN DESORDEN.
Cuando se hace una retrospectiva sobre directores argentinos es común encontrar, dentro de la primera etapa de sonoridad, directores que puedan ocupar la categoría de transgeneracionales; tanto por haber atravesado con vigencia distintas décadas como por haber incidido en la formación de nuevas generaciones. El Negro Ferreyra, Mario Soffici, Lucas Demare sin dudas integrarían esa categoría. Pero esta característica se va perdiendo con el cine de autor, a pesar que todos los integrantes de dicho grupo han contado con condiciones como para haberlo sido.
La excepción a esta última afirmación se produce solo con dos directores: José Martínez Suárez y Manuel Antín, quienes no fueron los más prolíferos del grupo aunque sus creaciones marcan una huella ya sea por logros o toma de riesgos.
En el presente artículo me referiré a uno de ellos: Manuel Antín, haciendo foco en la que en rigor de verdad es su primera producción, "Los venerables todos".(1962) aunque al no haber tenido estreno comercial haya quedado como su primera película "La cifra impar", rodada en el mismo año.
Con libro propio y un elenco protagónico de calidad indiscutida: Walter Vidarte, Lautaro Murúa, Fernanda Mistral y Maurice Jouvet; Antín lleva a cabo su primer filme, "Los venerables todos".
Como dije anteriormente la película no tiene estreno comercial y ese hecho representa una de las grandes paradojas de la cultura en nuestro país. La imposibilidad del estreno residió en que fue clasificada como categoría b (exenta de garantías) teniendo un intento de estreno que nunca se concreta. Sin embargo, a pesar de la calificación que se le otorgó, es enviada al Festival Internacional de Cine de Cannes, en representación del país, donde consigue ser nominada en el rubro mejor director para el premio "Palma de Oro".
El filme expone la historia de Ismael (Walter Vidarte); el integrante más inestable y débil de carácter de un supuesto grupo de conspiradores con aspiraciones de poder.
Ismael sufre constantemente el menosprecio del líder del grupo (Lautaro Murúa) y de sus compañeros; siendo una verdadera víctima pasiva del actuar de este grupo cuasi sectario. Todo comienza a cambiar con el ingreso de una mujer (Fernanda Mistral) que empieza a internarse en la lógica macabra del grupo y de la cual Ismael se enamora; compitiendo, por ella, con el líder.
"Los venerables todos" es la historia de un grupo absolutamente "Artiano", ambientada en Buenos Aires y en un momento de Argentina de confusión y golpes militares.
La propuesta de Antín trata de bucear en la ética de ciertos personajes que se apoderan de sus amigos, de sus voluntades y obediencia, manipulándolos para conformar una especie de logia que tiene por objeto la conquista. Conquista que adquiere una doble raíz y determina dos objetos explícitos de deseo, que acaso sean uno solo, por un lado el poder y , por el otro, la única mujer de la historia.
Técnicamente Antín recurre al trabajo con pocos actores, un tratamiento de la cámara donde abundan los planos muy cerrados con la finalidad de retratar la mayor expresividad formal posible.
En esos planos cerrados, en la lentitud del rítmo, en el tratamiento de los silencios cargados de significatividad; el espectador puede observar la expresión de las conciencias de personajes que sostienen una peligrosa y desgastante lucha entre la imagen exterior que muestran y su vida interior. Dicho de otra manera un severo conflicto entre un yo social y un yo íntimo.
"Los venerables todos" es una película hermética, para nada pasatista que requiere de una intervención activa del espectador para terminar de definirse.
En rigor de verdad esta película solo logra ser conocida de manera masiva en el año 1984 al ser proyectada en el programa de televisión "Función Privada" y, aunque resulte simplista definir a un filme que se conoce a 22 años de su rodaje como bueno o malo, nadie puede negar que es una película absolutamente representativa de un periodo y de un estilo: Tanto lo es que muchos críticos consideran a "Los venerables todos" el mejor trabajo de Manuel Antín.
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